Los
compatriotas peruanos en Chile
Nos
conmueve la situación de peruanos afectados por el desastre natural en Chile.
Se hallan abandonados por el Gobierno. Ante este hecho, se constituyeron las
juntas para aplacar el hambre, y así custodiar sus pocos enseres que aún les
quedan. El Presidente Alan García (A.G.) se apiada del dolor ajeno. Se burla
ante los peruanos. Entra en actitud de segregar al compatriota radicado en
Chile.
Los
connacionales se marcharon, para ganar unos soles más. Se afincaron en un
lugar, que no era apropiado para habitar. Casonas viejas que debieron ser
demolidas. Tras el sismo fue el azote para algunos y la muerte para otros. Los
cien mil peruanos, forman parte de los desterrados por gobiernos neoliberales,
que no buscaron la prosperidad y la oportunidad en el Perú. Suscitado este
hecho natural en las regiones de Chile, toman la postura del cooperante. El
sentido humano se agiganta en sus almas. Es sólo buscar los canales de
internacionales, para la opinión pública del mundo.
Muchos no
logran entender esta postura benévola con un país vecino etiquetado como el
"carnicero" de la historia. Nos conmueve los hechos siglos atrás.
Viendo la escena de cómo humillaron a los antepasados nuestros en la fatídica
Guerra del 1879. Esos miles de hombres defendieron su territorio a costa de
entregar sus vidas. Esta generación “nueva” rescata esa epopeya y tiene latente
en su mente un solo objetivo: no hay olvido ni perdón para los traidores a la
patria, que tiran los intereses al país mapocho.
El
presidente esclavo
El
terremoto intenso que sacudió las regiones del centro de Chile, hizo derramar
lágrimas a Bachelet. Sacudido por la desgracia el mandatario Evo Morales
organizo de inmediato para llevar la ayuda material meteórica. No satisfecho
con ese propósito, se desprendió de la mitad de su sueldo presidencial. El
militar Hugo Chávez, optó una posición distante, delegando a funcionarios del
Palacio de Miraflores llevar la asistencia a los damnificados.
Viendo los gestos de muchos países de Latinoamérica, como de gobiernos europeos; A.G., no se quedó en la Casa de Pizarro. Mando a sus leales servidores del Congreso, para el permiso y emprender la marcha al lugar donde ocurrieron los destrozos de la convulsión. Cargo la ayuda en aviones, para menguar, y mitigar el daño físico de los chilenos, desdeñando de plano al peruano, que pedía ayuda con desesperación. Los chilenos que radican en el Perú gozan de un estatus ‘superior’ al peruano. Empresarios -casi todos- que le hacen el perro muerto al Estado. Los peruanos son los que a duras penas se ganan la vida como informales en las calles de Santiago o de labriego como los bolivianos.
Socialistas desertores
Periodistas
influyentes. Intelectuales notables. Jóvenes desmemoriados piden a que olviden
los pasados horrorosos que infringió Chile. “… olvidemos el pasado y miremos el
futuro…”. Es imposible darle la razón al enemigo que entraron violentamente con
bayonetas y se hicieron con nuestro territorio. Los altos dirigentes
socialistas, sacaban pecho por los chilenos, al cual nombran como hermanos
proletarios. Un trato preferencial: el proletariado chileno es heroico. Los
compatriotas peruanos un desconocido más en esta tragedia.
Los burgueses, proletarios o el lumpen de los rotos en un eventual guerra de este siglo, no levantaran el emblema roja de la hoz y el martillo; sino la bandera chilena. Descargarán sus fusiles con fiereza. Comunistas que hacen el papel de judas, olvidan el arrojo de sus antecesores como Francisco Bolognesi. Lucharon miles de soldados anónimos, por defender el territorio y dejar a sus hijos de mañana. Blasfeman de los difuntos de la Guerra del Pacifico.
Uno puede
ser altruista como ser humano. Solidario con el desastre ajeno. Enviar ayuda
pronto para socorrer a los que se encuentran en desgracia. Eso no implica el
olvido de las cuestiones pendientes entre los peruanos y los chilenos. Los
hechos son latentes de esos cuatro años sombríos. Se mantienen en la memoria
colectiva los soldados que quemaron sus últimos cartuchos al lado de Bolognesi.
La entrega de valor y heroísmo de los jóvenes universitarios en la ciudad de
Lima. Sobre todo la expulsión de los chilenos por parte de la guerrilla
campesina del centro del Perú.
Las dos
posiciones de derecha y de izquierda no serán nunca capaces de recuperar esos
territorios cautivos. Para un día devolver a su nación. Velasco estuvo cerca.
La derecha impidió el rescate, por un felón apellidado Bermúdez. Las fuerzas de
temple y convicción se hallan en el Sur... alistarse para tal acción, militares
y pueblo en conjunto.