domingo, 13 de noviembre de 2011

Una explicacion teórica a los colombianos

Una explicacion teórica a los colombianos


He dejado mi país hace unas semanas y me encuentro en Colombia. He venido a compartir un tema que tiene que ver con el campesinado y su relación directa con los nacionalistas que luchan sin descanso para construir una organizacion política. Esta cita académica (congreso de sociología) es un espacio para analizar y debatir los problemas sociales que atañen a estos dos países.
Eso fue el motivo para enrumbar con dirección a Cali y llegar a la Universidad del Valle (donde tuve la exposición) para explicar detalladamente la larga lucha del campesinado y de los nacionalistas en las elecciones pasadas del 2010. Desde que divise las primeras horas esta ciudad me admirado por lo acogedor que es y por sus bellas mujeres. A la vez me he permitido observar el ambiente social y político y realizar algunas precisiones al respecto.

El guerrillero abatido

Me encontraba reunido con los asistentes extranjeros y algunos de colombianos. No falta una cerveza helada y anécdotas de la lucha que emprenden en su respetivo país como dirigente. De pronto oigo a un joven caleño. Me susurra al oído (como queriendo no despertar curiosidad de los demás) y conmovido me informa: “Cano ha sido abatido”.

Al día siguiente revise los periódicos y los canales televisivos. Los rotativos escritos inundaron la tapa principal en torno Alfonso Cano, jerarca supremo del grupo guerrillero. El mandatario Juan Manuel Santos, cuando emitió su mensaje breve por la televisión guardo moderación. La muerte de Cano fue planeada por los generales y ejecutada en la operación Odiseo. Así de modesto ha sido en su alocución ante su nación.

Colombia es un país que sigue una política neoliberal desde hace unas décadas. Las condiciones sociales se hacen estructurales. La pobreza está enraizada y es esta la que reproduce la miseria y origina la violencia. Si bien, la baja de Cano es una victoria militar como lo siente Natalia Springer; sin embargo, la paz está demasiado lejos. La habilidad política de Santos, consistió en innovar el Estado. Para ello aplico 80 decretos con un espíritu social para acercarse a los sectores populares. El guerrillero ha sido abatido, pero sus combatientes junto a sus demás cabecillas desde el monte seguirán en la lucha por las ideas que defienden. Para ellos es correcto confrontar militarmente y rechazar de plano la ruta electoral de la democracia para hacerse con el poder.

Los universitarios a la calle

Los estudiantes universitarios se encuentran movilizados por las calles de Cali. Sus dirigentes de una marcada posición de izquierda han decidido no asistir a las aulas; mientras no revise la ley 30 referido a la educación superior y que tiene el propósito de privatizar la educación promocionado por el Gobierno. En el evento hubo la colisión de ideas entre estas dos fuerzas opuestas: derecha e izquierda colombiana. El primero, era moderado en el discurso y no buscaba plantear en términos maximalistas; los otros, mantenían una posición desafiante al Gobierno y la solución (para ellos) pasaba por derogar la ley.

Si se trata de estudiar una carrera universitaria en Colombia, son abismales las pensiones. Si el hijo del campesino es persistente y decide estudiar una profesión en la universidad privada, sin en caso no haya podido obtener un cupo en la pública. Por ejemplo, en la Universidad Cooperativa de Colombia (con sede principal en Antioquia) realizar una maestría vale la suma de 6 millones de pesos. Imposible para los sectores bajos que subsisten con 20 pesos diarios.

Cali es la tercera ciudad importante en Colombia y alberga a 2 millones de habitantes. Cuenta con un transporte urbano moderno como es el metro. Tiene muchas universidades privadas con una buena infraestructura y con una tecnología avanzada. Esto nos indica que hay una demanda de un sector de la población minoritaria. Entendiendo este malestar los universitarios se han volcado a la calle para “democratizar” y hacer más accesible la educación los sectores golpeados por el neoliberalismo.

La inseguridad al frente

Los cálculos estadísticos en cuanto a la seguridad pública, arrojaba de cada 10, 7 portan armas de fuego. Esto era alarmante y hasta frenaba la visita a una ciudad tan cálida como lo es Cali. El gobernador municipal ha aplicado una política de prevención para controlar la inseguridad. En las calles se encuentran como cinco o tres policías cautelando a los peatones.

No podía irme sin reconocer con prudencia algunas comunas del distrito de Aguablanca. Cuna de la guerrilla de la FARC. Un lugar peligroso cuando uno se aleja del terminal de San Antonio de Sanín. Tuve que ir acompañado para no despertar sospecha de los habitantes y vestir modestamente. Tenía que hablar con un acento que le son familiar. Sus calles lucían tranquilas, pero notaba alguna mirada desconfiada de los jóvenes morenos que visten ropas menudas.

No hay duda. Es una ciudad con ambiente rumbera y bellas mujeres. Tal vez por eso, encontré uno en el camino: la familia Devia. Es como si nos hubiéramos conocido por años. Es imposible que una mujer no sepa moverse al son de esa música movida y alegre como es la salsa. Porque es un deber (no una obligación) que uno reciba curso de baile en el bachillerato. Para ultimar. Un policía en el Centro Comercial, donde se recogen dinero advertía a los usuarios: comunícame si observa un sospechoso. Puede solicitar para que le hagamos una compañía hasta su domicilio. Era la prueba real de la inseguridad que se vivía al frente.