Chávez y
sus guardias del pueblo
La primera
ocasión que divise la figura de Hugo Chávez, ha sido en Bolivia. Corría el año
2009 una reunión de movimientos sociales del mundo reunido en Cochabamba para
analizar el problema del “Cambio Climático y los Derechos de Madre Tierra” y
dar una solución alternativa. La clausura estuvo a cargo del comandante
llanero.
La Plaza
Diego Ibarra aunó a miles de guardias del pueblo. Había llegado hace unos días
a Caracas, y tuve la oportunidad de estar a unos metros de este hombre que es
el discípulo de Juan Velasco Alvarado. Él ha estudiado a profundidad el proceso
político (1968-1975) nacionalista del Perú. No hay duda alguna que el militar
peruano influyó en la personalidad y en sus ideas. Quiero decir, que Chávez es
la hechura política de Velasco.
El
comandante de Sabaneta supo rodearse de la tropa que forma el Ejército
venezolano. Se ha ganado no sólo el respeto, sino también el cariño y la
credibilidad. Lo llaman “mi presidente”, porque encarna la revolución más
profunda que se realiza en Latinoamérica. Ha seducido con su carisma a los
hombres humildes, campesinos, obreros, jóvenes y en recompensa le tienen una
lealtad incuestionable sus soldados de tropa.
Los
militares veteranos (caso Baduel y otros) que han sido participes en el golpe
de Estado de 1992, han sido ganados por la derecha sobornada por Norteamérica.
No han entendido el proceso histórico que empezaba Chávez. Han resquebrajado la
organización político y el Gobierno. Ante este panorama de complot militar,
había la necesidad de deshacerse de generales que conspiraban permanentemente
dentro de la revolución.
Hubo un vacío
institucional y político. Es ahí donde aparecen figuras jóvenes con una
posición política consecuente y una lealtad probada para acelerar la
revolución. Muchos oficiales desempeñan funciones de importancia dentro del
Gobierno. Son ellos los que cooperan para que el proceso político avance hacia
la liberación y no haya una desviación ideológica. Eso dificulta el avance de
un proceso y a tal punto que lo desvirtúa su esencia revolucionaria.
La derecha
venezolana se encuentra atemorizada y la moral de sus dirigentes es pésima,
porque tiene al frente a un militar que puso en juego el pellejo para abrirse
el espacio y el liderazgo político. Un hombre que libra batallas titánicas con
los partidos reaccionarios y contra un país Norteamericano que se considera el
invencible y poderoso del mundo. Hasta el momento no conoce la derrota, ha
sabido siempre ganar la batalla sin sacar la espada de Bolívar.
El año 2012
es vital para Venezuela, porque colisionan dos fuerzas políticas contrarias: la
derecha conservadora financiado por Estado Unidos y la nacionalista asistido
por los sectores que entienden de que se debe hacer un cambio nuevo y sin copia
a los europeos. Chávez es obediente a los dictados de la nación. Tal vez esa
sea el motivo para que la agencia Norteamérica propaga la noticia de que las
elecciones de octubre 7, se realizará sin la presencia física de Chávez. El
objetivo no es que Venezuela (como argumentan) recupere su futuro; el fondo es hacerse
nuevamente con las riquezas de la nación que han sido recuperado por el
Gobierno.
No cabe
duda, que el factor determinante, para que el proceso político no se altere y
cambie el rumbo que debe proseguir, es vital la presencia de Chávez. Recordemos
lo que paso con Velasco Alvarado. Sus coroneles de una filiación de izquierda
marxista no supieron defender la revolución. Ha sido muy tarde cuando
comprendieron el papel, la posición que personifica Velasco dentro de la
revolución nacionalista. La realidad concreta de esta revolución es que haya
alguien que defienda hasta sucumbir, si así lo exige la situación. El caso en
Venezuela es que hay un líder comprometido. Recuérdese que hay hombres
destinados para esa gran misión. Ese es el papel de Chávez en el presente.
Antes que
llegara a la presidencia Chávez, las organizaciones sociales estaban en manos
de sectores del partido comunista. Sus líderes le daban una orientación
bolchevique y enfocaban la situación social política a través del marxismo
clásico. Hugo Chávez le da otro encauzamiento a los sindicatos, las barriadas y
al movimiento estudiantil. Aunque no entiende aún de que el nacionalismo se
concibe como una doctrina legado por los ancestros. Los intelectuales
consideran que es una etapa histórica de lucha política. Un error histórico, y
fatal.
El
movimiento estudiantil, asume el rol que le corresponde: luchar desde abajo
para que la revolución no sea golpeada por la derecha. Los cuadros libran
batallas desde una década, y no ha podido constituirse en una fuerza hegemónica
al interior de la universidad. No supo aplastar en su momento al grupo de
estudiantil pro norteamericano. Es un germen peligroso para los años que se
acercan.
El golpe de
Estado de 2002 de la derecha ha magullado y también ha dado una lección
importante a Chávez. No tenían una fuerza sólida en las Fuerzas Armadas. Eran
huérfanos de grupo de choque que proteja al Gobierno. Ha cambiado
sustancialmente ese contexto. En las escuelas militares los oficiales son
adoctrinados. En las barriadas se siente la presencia de Chávez. Las guardias
del pueblo son el oído y la voz y tienen la tarea histórica como es custodiar
la revolución.