lunes, 20 de enero de 2014

El Perú, lejos del ALBA

El Perú, lejos del ALBA

Nuestro país a inicios del año 2000  empezó a dar muestras de cambio a nivel político en las calles, universidades y organizaciones sociales nuevas. No era una demanda común y que esta tenga una característica foránea como ocurrió en los años 80. Era totalmente distinto, porque el sentir de la nación rondaba en base al nacionalismo, como una propuesta política-económica original y relacionada a las raíces propias de un pueblo inca que había vivido ese suelo sagrado que hoy lo habitamos.

Por esas fechas se apareció aquel militar de nombre Ollanta. Raro para los pitucos con plata y para ese grupo pensante de Lima. Él de inmediato ayudó a promover el nacionalismo pragmático y desecha de plano la ideología. El pueblo se manifestaba en las plazas, que el nacionalismo pasaba necesariamente por recuperar las riquezas que habían caído en manos extranjeras.  Al mismo tiempo, Ollanta empieza a hablar de una política internacional más democrática y justa con los vecinos de Latinoamérica.

¿Cuál era esa nueva relación económico a nivel continental de Sudamérica para enfrentarse a los aliados de Estados Unidos que proponían el ALCA? Era pues el ALBA, que salía como una alternativa de los países de Venezuela y Cuba. Más allá de que los neoliberales de derecha lo critiquen que era impulsada por la izquierda internacional. No quedaba más opción a los nacionalistas, que unirnos para proteger a la nación de la pobreza económica y de la exclusión política que había causado el neoliberalismo brutal importado por los gobiernos anteriores.

Así pues, el ALBA es una integración económica de los países de Latinoamérica y el Caribe  que busca la colaboración y la complementación entre los que desean formar parte de esa organización regional que se funda un 14 de diciembre del 2004 en La Habana. Básicamente, el ALCA se empeñaba en una unión donde se priorice la liberación del comercio y las inversiones, y el ALBA buscaba poner esfuerzo en luchar contra la pobreza y la exclusión social y argumentaba de que hubiera mecanismos que se pueda aprovechar la cooperación entre los miembros asociados, para saldar las diferencias entre los países. En concreto, el ALBA enfatiza la idea de un comercio e inversión sin que esto sea un fin en sí mismo, por el contrario, sea un instrumento para alcanzar un desarrollo justo y sustentable.

Es de saber, que algunos de sus principios del ALBA, es reticente a las “reformas” que buscan la desregulación y la privatización de los servicios públicos. Porque tiene el propósito de fortalecer el Estado y promover la participación ciudadana en los asuntos públicos. Contrario a la que postulaba el ALCA, que es la doctrina del libre comercio, que traería automáticamente el crecimiento y el bienestar. El ALBA establece  la importancia de que el Estado intervenga para la reducción de las disparidades entre países.

Venezuela propone la alternativa Bolivariana para las Américas y uno de esos aspectos del ALBA es la integración energética de América Latina y el Caribe. Esto tiene relación, con el interés de diversificar los mercados para el petróleo venezolano y con el suministro estable de petróleo a precios justos en beneficio de las sociedades de los países que lo conforman; pero a la vez se busca, un proceso de transformación que limite el rol de las empresas multinacionales petroleras en Latinoamérica.

¿Cómo se beneficiaba el Perú con pertenecer a dicho organismo internacional? Venezuela a los países de las Comunidad Andina les ofreció una cooperación en el marco de la iniciativa Petroandina. En julio del 2005 en Lima logran aprobar el Acta Presidencial de Lima en la que los socios de la CAN expresan su interés por una integración energética más profunda. Ecuador fue el primer país en aceptar dicha oferta y luego le siguió Bolivia. El Perú quedó anclado a los intereses de Estados Unidos. Cuando llega a la presidencia Ollanta Humala el 2011, sigue esta misma política dejado por sus antecesores.

Dentro del proyecto de complementación entre Perú y Venezuela. Por ejemplo, Perú producía alimentos agrícolas que hoy Venezuela los necesita y Venezuela tiene combustible que para el Perú es indispensable. Complementación en base a las potencialidades. Otro de los puntos económicos del ALBA, es el plan de crear el Banco del Sur, el cual da créditos para proyectos de infraestructura binacionales o multinacionales, sin las altas imposiciones del Banco Mundial, y el Fondo Monetario Internacional o ese impagable deuda externa que se tiene con los organismos internacionales. En el Plan Gran Nacional para buscar el desarrollo de la alfabetización. Todo eso ha desperdiciado el hoy presidente Ollanta Humala, porque quiso que el Perú estuviera lejos del ALBA, pero más cerca a los intereses económicos de Estados Unidos.