domingo, 31 de octubre de 2010



Los campesinos luchan contra el tiempo

El 3 de octubre no fue un día decisivo para los intereses de la nación, menos aún para los líderes de los campesinos cooperativistas. Arequipa esperaba otros vientos de cambio en el contexto del modelo que aplasta a muchos peruanos. Esa “esperanza” estuvo en las manos de los miles de votantes que concurrieron a las urnas electorales.

Se escuchaba voces al interior de la organización política de que cualquiera sea el resultado se tenía que luchar y proseguir con expandir a nivel nacional. Ese es el objetivo principal y a eso se debe dirigir todas las fuerzas sociales que se encuentra en el movimiento social.


El sacrificio de los campesinos

Si de algo se deben sentir los líderes velasquistas, es de contar con la adhesión fuerte a la meta trazada, como fue llegar al poder regional. Ese apoyo incondicional y cerrado fue de los campesinos cooperativistas. Basta señalar que lucharon hasta el último día por difundir a los hombres que tenían que representar en las instituciones donde se tomaban decisiones de poder.

Un sacrificio que demando el abandono de la familia. No sólo eso, inclusive hasta de trabajo. Porque estaban seguros de que se iba a ganar la batalla política. O al menos así los entendían. Por eso dieron todo de sí, para llevar esas marchas a los conos más deprimidos por el neoliberalismo en la ciudad de Arequipa.

Muchos los que se batieron en este duelo con una derecha que regalaba y compraba votos; eran personas que pasaban los cuarenta años a más. Los jóvenes eran escasos. Estos tenían una identificación fuerte con la organización política. Los desertores dudaron de la capacidad de los dirigentes y en algunos casos por notar cierto acaparamiento en los mandos de la organización. Los que se unieron por mero oportunismo, no dieron nada de su parte. Los que llevaron la carga del candidato para la región fueron las bases cooperativas en la ciudad. Esos hombres, mujeres y jóvenes, hicieron historia política al imponer una candidato único y que encarnaba el cambio político.


No entendieron el mensaje

A horas de la noche del 3 de octubre, se sacaba algunos cuadros estadísticos de los resultados: de cada mesa donde sufragan 194 votantes. 8 apoyaban rubricando las banderas verdes. Sobre esa base se podía ya vislumbrar un resultado nada favorable para los campesinos. Se trabajó con el objetivo de conseguir 100 mil votantes. Así estaba asegurada la victoria y los cambios estaban cerca cada vez más. Un cálculo lejos de la verdad.

Si contó con 2 emisoras radiales. 5 repetidoras en las provincias donde se emitían diariamente el programa cooperativista. Una prensa escrita en donde el contenido era fundamentalmente ideológico. Una inversión de más de 19 mil soles, para enfrentar la dura campaña política en los cuatro meses. Ha de saber todo ello, financiado por los campesinos cooperativistas y también con el apoyo solidario de la población al adquirir el manuscrito de la organización. ¿Por qué no llego el mensaje a los votantes?, ¿Por qué no se tuvo una victoria aplastante en las urnas?

La respuesta es básicamente dos: el primero, es que los líderes de mando medio no fueron eficaces al momento de transmitir eficientemente el mensaje de la organización. Si bien la propuesta a nivel regional era “entregar las tierras de Majes II a los peruanos”, era inteligente para despertar la conciencia de ‘propiedad’ en los votantes. No fue decisivo para juntar esos 100 mil votos. Se debió de cambiar de estrategia, en cuanto a los candidatos distritales. Por eso, es que no se ganó de los 14 municipios de la región. El segundo, no se tuvo una suma de dinero considerable para impresionar con la maquinaria propagandística. Las marchas por las calles si fue importante por la calle no determinó el apoyo en las urnas. Es decir, no se multiplico el efecto de quien tiene más apoyo social en las calles, es el candidato ganador.


Una prensa colonialista

No era novedad que los medios de prensa estuvieran a favor de los cambios políticos. O que estos impulsen y aceleren los procesos políticos. Estos retraen y confunden a la nación con sus análisis y su punto de vista sobre un determinado hecho. Derecha e izquierda cerraron filas para que los campesinos no pudieran hacerse con el poder. Porque estos representan a los extranjeros y sirven a los que saquean las riquezas. Parte de esa venta va a parar a los sueldos de los que se denominan prensa.

Una prensa, que no esté en manos de los que buscan el cambio o de los movimientos sociales como alguna vez lo planteo Velasco Alvarado, no va realizar y defender los intereses de la nación. Es urgente y necesario reproducir más medios radiales escritos para empujar el proceso político y que el movimiento social de los campesinos se hagan más fuertes no sólo en la movilización; sino en las urnas electorales. Cuando digo elecciones, es que ganen la batalla política rápido. Ahora el enemigo no es el contrincante una organización política. Es el tiempo que hace que algunos líderes no tengan la oportunidad de gobernar y ver la etapa de la liberación del país.

Porque, es importante ese “encuentro generacional” de dirigentes para generar y llevar los cambios políticos que necesita el Perú. Pero, debe existir esa convivencia fuerte y esa unidad ideológica; aunque en el método o el accionar político se puede disentir en algunos aspectos. Lo que no debe haber es en lo ideológico, porque eso es determinante para no dejar que algún oportunista pueda romper la organicidad y la estructura de un movimiento social. Pero deben de tener claro que el tiempo corre y ahora se tiene luchar contra este nuevo enemigo y también contra una prensa colonialista que en esencia es vendida y sin principios.