El celo de los jóvenes nacionalistas
Conocí a Raúl Sánchez a finales del año 2002.
Entonces, Arequipa empezaba a recobrar el protagonismo por el ciclo de movilización
que se daba al interior de Lima. Si bien se dio el alzamiento en Moquegua del
29 de octubre de 2009, de los hermanos Humala. Fueron los reservistas, quienes
se movilizaron y habían dado cierto respaldo al humalismo en la arreglada
insurrección. Mucho tiempo se especuló, pero con los años recobra la veracidad
de la fuga de Ollanta Humala de sus tropas que estaban marchando por las
cumbres frías de la serranía, para recibir apoyo del campesinado.
Todo este hecho social había permitido el reagrupamiento de nuevos líderes, para preparar la ofensiva directa contra el gobierno más corrupto y entreguista como Alberto Fujimori. Era un grupo diminuto, que deliberaba, sobre las acciones que encajaba a la estrategia planteada, por los militares. Entre estaban los jovenes nacionalistas y los experimentados hombres de izquierda que se habían acercado para emprender una batalla política desde el Sur del país.
El diestro forjador
Parte de este círculo
formaba el veterano Alcides Nina. Lo que no sé (ni me tomé el tiempo para la
interrogante) a cabalidad, cuando fue el tiempo en que se conocieron estos
hombres. Los había visto juntos trabajando mano a mano en lo que tiene que ver
con la reorganización del grupo velasquista. Sin embargo, venían con esa
experiencia política adquirida en la izquierda. Esa izquierda tantas veces
despreciada en las calles. Combatida en las universidades. Esa teoría que tanto
daño hizo las mentes de los estudiantes universitarios por considerar la
correcta para emprender una revolución. Por eso, se tenía cierto celo a estos
hombres zurdos -encontrados en la lucha- los jóvenes nacionalistas forjados en las plazas de Arequipa.
Sánchez demostró una diligencia extrema para la
organización. A inicios del 2005, se produce el levantamiento de los
reservistas en Andahuaylas. De inmediato contribuyó (junto a otros dirigentes
del Frente Nacionalista) con el despliegue de movilizar a los soldados de la
reserva de Arequipa. Los que partieron a unirse con otros reservistas de la
parte del Sur, tenían el propósito de tumbarse a un presidente subordinado en
rodillas con los chilenos como Alejandro Toledo. Otra deserción más, esta vez
de Antauro Humala.
Fue en este último suceso, que empezó a
distinguirse como un dirigente intrépido, para el pugilato con la derecha
rastrera. A pesar de ello era un hombre cobarde y aceptaba las cosas sin
chistar. Era pues un dirigente un poco majadero cuando los nacionalistas
disputaban la dirección de esas huelgas masivas del sector popular. Uno recuerda de cómo caía en las provocaciones que realizaba el servicio de inteligencia. No hay duda era demasiado emotivo, aunque se le respeta por ese acompañamiento a los campesinos y los jóvenes nacionalistas.
El camisa verde a la alcaldía
Luego de esa acción emprendida por los reservistas (andahuaylazo), le abrieron un proceso legal en la fiscalía de Lima. Cuando tuvimos la oportunidad de viajar la capital, me comentaba, de que tenía que pasar a una de esas oficinas, donde estaba la denuncia puesta. “Las tienen requisada mi grabadora portátil…”, insistía. Es que este hombre era un diestro forjador de aquella criatura (la organización política) que se había gestado en esos años de lucha en Arequipa: entre los comunistas y nacionalistas.
Al final se impuso y se abrió espacio el
velasquismo, como una opción política.Otra proeza, que se le reconoce al
maestro que decía llamarse el zorro (para el entorno cerrado), es la implacable
misión que se delegó: colaborar con la organización de los campesinos. Un
Sánchez Miranda se batió en ese azaroso despliegue de los velasquistas, en las
alejadas y polvorientas calles de la ciudad Blanca, y por los recónditos
pueblitos del Sur junto a los jóvenes nacionalistas.
El duelo que tendrá, en esta oportunidad es
encaminar las bases cooperativistas, con miras a disputarle el poder local. Es
decir, el camisa verde luchará para la alcaldía de Arequipa. Entrará al duelo
con Simón Balbuena, un hombre siniestro que utilizó al Ollantismo, para ser
alcalde. Pero, hay otro arrastrado por el poder económico, que es Luís Cáceres.
Seguro, que el zorro del desierto desvainará su espada, para hacerle frente y derrotar
en la batalla, a estos dos políticos viles que manejaron las riendas del
municipio. Aunque siempre los jóvenes nacionalistas lo miramos cierta duda por
su carácter y su falta de convicción ideología. Es muy voluble y poco firme en
sus principios. No queda otro, es el gallo que se tiene para esta pelea en las
canchas de la política.
he tenido la oportunidad de asistir a su organizacion de los camisas verdes,que dices.pero lamento ver que solo estan dirigiendo personas mayores,y donde quedan los jovenes.si esto es asi,si que son una organizacion cleptocratico.
ResponderEliminartampoco puedes darle demasiado virtud a esos hombres que no hicieron nada.mire,como se han apropiado el dinero de los humildes campesinos y por ultimo que hay del capital dinero en el banco.esos son los rateritos.
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